jueves, 29 de julio de 2010

Eres mío.


Había salido del instituto con la idea de irme a mi casa a comer, pero al parecer mi concepto iba a cambiar completamente. Recibí un sms suyo en mi buzon de entrada del movil, me ofrecia quedarme a comer a su casa, y pasar el reso de la tarde con él. Sonaba genial. Dejé mi mochila en casa y salí corriendo, me encontré con él unos metros mas hacía delante.

Había un largo camino desde mi casa a la suya pero no había remedio más que caminar bajo el sol de las tres del mediodía.

Cuando llegamos se podía percibir el olor del tomate frito para los macarrones, era el primer día que ibamos a hacer una ''comida familiar''.

Cuando terminamos de comer su madre se sentó en el sofá y nosotros nos fuimos a la habitación, estaba rebentada y me acosté en su cama.

El se puso a mi lado y me acariciaba el pelo, estaba a punto de dormirme, pero sería mejor no hacerlo.

Me incorporé, y le miré a los ojos, seguíamos sin tener algo fijo, ni nosotros sabíamos que erámos, asi que le dije que si alguien me preguntaba si tenia novio, que debía contestarle.

Se me quedó mirando, y me dijo que si quería salir con el.

Estaba tan nerviosa que a penas me salió un sí, me lanzé abrazarle simplemente.

Estaba claro, eramos pareja estable, tenia una sensación extraña, más que nada porque hacía años que no me sentía de esta manera.

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